miércoles, 24 de septiembre de 2008

"Pinochet murió en la cruz por todos nosotros"


Me subo al avión. Una azafata me pregunta si leí el folleto, le digo que no, me explica que tengo que leerlo para saber si estoy apto para sentarme en ese asiento. (¿Por qué la siútica hidalguía de las azafatas?, son sólo camareras en un avión). En el folleto se explica que un civil sentado en la fila de las puertas de emergencia debe, en caso de que el avión se esté cayendo y la gente esté en un pánico absoluto: Desabrochar su cinturón, pararse de su asiento y mover hacia afuera una puerta de 15 kilos de peso, todo para que todas las cosas del avión salgan volando, literalmente. No entendí lo del bote flotador, ¿cuando lo debo tirar al agua?, antes de que caiga el avión supongo, pero vamos cayendo a cientos de kilometros por hora, claramente donde caiga el bote no vamos a caer nosotros, y lo otro, ¿dónde están nuestros flotadores?. Como sabía que no iba a hacer nada si algo pasaba, asumí el desafío, mirando a los abuelitos en la otra fila de puertas de emergencia.

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